ChopSuey nació un día de Otoño en el que las hojas de color canela buscan sus tazas de te.
Fue la mas pequeña de 8 hijos del matrimonio KunFu, y la mas hermosa de su familia y de todas las otras de todo Japón, su sola presencia cambiaba el aire convirtiendolo en briza de flores. Pero sus padres y hermanos no se percataron de esto jamas, aunque la amaron con toda la sangre de su Corazón, nunca se detuvieron en su inusual preciosura.
Su mama estaba muy ocupada creando pollos hawaianos con ananás y masitas de sésamo con jengibre, enseñandole a realizar flores de papel de arroz y tazas de te chinas. Ellas compartían largas tardes con sus otras tres hermanas y su abuela cociendo hilos de oro a las mas poéticas historias de telas milenarias.
Su papa la llevaba en andas al mercado y le regalaba cajas de música mientras se atragantaban de canciones cerca del puerto. Eran tantas risas y abrazos que no había lugar para los ojos.
Desde los barriletes caían sus hermanos al fondo del mar y desde este a grandes cestas de fresco pescado que terminaría despinado en la mesada del abuelos y cocinado con muchos brotes en porcelana blanca; sobre el mantel de seda de su abuela Soya. Quien aunque no oía; creaba música desde sus hornallas y poesía desde sus manos, esta le enseño a diferenciar la seda animal de la vegetal, el peso del lino y las superficies mas fascinantes de la isla.
Y ChopSuey creció en una larga bocanada de magnifica belleza que; de solo mirarla: los ojos se volvían santos. Y por ahí los chicos le gritaban cosas y uno que otro viejo atorrante eructaba extraños halagos. Pero la muchacha no se enteraba; de echo paso toda su vida sin ahondar en su maravillosa beldad.
Continuara.....
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