Camet


Hoy pensé en las vacaciones de invierno en Mar del Plata
el borde peligroso, entre el mar y el fin de la montaña.
Las pequeñas lagunitas en donde buscábamos anémonas.
La fascinación que causaba el acariciarlas y que ellas te amaran.
Los altos eucaliptos de los bosque de Camet, el frío
y el humo del asado.
El ruedo de
los jeans helado de agua de mar.
Y; aunque la arista del
Guggenhein sueñe otros
mundos; yo en esta tarde, me quedo
en la inmensidad microscópica
de mi infinito particular


noMartín
.

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